26 de mayo. Cuando los expertos del Reino Unido confirmaron el primer caso de viruela del mono el 7 de mayo de este año, la epidemióloga Andrea McCollum y sus colegas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos mantuvieron una estrecha vigilancia.
Las infecciones de viruela del mono en humanos son raras, especialmente fuera de África central y occidental, donde el virus es endémico en los animales y circula principalmente en áreas muy boscosas. Desde 2018, solo se habían confirmado ocho casos en países no endémicos, como Israel, Singapur, Reino Unido y Estados Unidos, y todos estaban asociados a viajes, al igual que el paciente del 7 de mayo, que había realizado un viaje a Nigeria.
Entre el 13 y el 24 de mayo, al menos 16 países de Europa y Norteamérica, así como Australia e Israel, notificaron más de 250 casos confirmados y sospechosos de viruela del mono. La cepa de África Occidental del virus parece ser la causante de estas infecciones. Provoca síntomas parecidos a los de la gripe, seguidos de una erupción en la cara que puede extenderse a otras partes del cuerpo. Esta erupción se transforma en manchas rojas y en ampollas llenas de pus que acaban formando costras y cayendo. La mayoría de las veces, estos síntomas desaparecen por sí solos en pocas semanas, pero son mortales en un 3% de los casos. Su contraparte, la cepa de viruela del mono de la cuenca del Congo, causa una enfermedad más grave y mata a casi el 10% de los infectados. El virus de la viruela, que se erradicó en 1979 y es un pariente cercano de la viruela del mono, era mucho más mortífero y mataba al 30% de los infectados.
Fuente: National Geographic