En marzo, el país insular cerró sus fronteras de manera pronta y drástica, algo que limitó con éxito la propagación del virus pero paralizó la economía del país caribeño. Luego, la reapertura de las fronteras en junio atrajo un centenar de nuevos casos pero lograron superarlo. En ese momento, El Ministro de Turismo, Edmund Bartlett, había anunciado un plan para establecer un “corredor de resiliencia” que se extendería de oeste a este, a lo largo de la costa del norte de Jamaica, donde permanecerían todos los viajeros.
De acuerdo con un artículo publicado por The New Yorker, sin el turismo, las empresas jamaiquinas podrían perder el equivalente a unos tres millones de dólares diarios en ingresos, lo que sustenta más del 20% de la economía del país. Las medidas tomadas a tiempo hicieron que Jamaica pudiera salir adelante. Su respuesta exitosa a la pandemia y la notable unidad demostrada por sus líderes políticos locales y nacionales sugieren que es posible un nuevo modelo.
Fuente: The New Yorker