06 de noviembre. Con los tipos de interés en Estados Unidos que siguen subiendo y el impacto de la inflación que afecta a las carteras de todos los países, se ha hablado mucho de la posibilidad de una recesión mundial.
Algunas de las principales organizaciones económicas del mundo han dicho que la economía se está debilitando. El Conference Board, un grupo de reflexión mundial sin ánimo de lucro, proyectó recientemente que EE.UU. y Europa, en particular, pueden experimentar una recesión a corto plazo, mientras que China puede ver «un crecimiento significativamente más débil en 2023».
La cuestión es, pues, cómo podría afectar una recesión al sector de los viajes, que ha estado ocupado en volver a la vida. ¿Cuáles serían las ramificaciones para la industria hotelera, las aerolíneas, los operadores turísticos y los destinos? Por no hablar de los propios viajeros y sus planes.
La respuesta a estas preguntas varía según con quién se hable. Pero la buena noticia es que el sector parece estar bien preparado hasta ahora para afrontar lo que pueden ser unos meses inciertos, y los viajeros siguen deseando seguir viajando por el mundo pase lo que pase.
Fuente: Travel Pulse