10 de agosto. Mientras las reservas de cruceros observan un resurgimiento tras la pandemia de Covid-19 que ha convertido a los transatlánticos de lujo en meras bolas de naftalina, un astillero finlandés ha estado dando los toques finales exclusivos al que será el mayor buque de cruceros del mundo.
El nuevo Icon of the Seas de Royal Caribbean está a punto de llegar a su fase final en el astillero de Turku, en la costa suroccidental de Finlandia; el viaje inaugural se ha programado para 2024 (enero).
Mientras algunos tachan la colosal estructura de «monstruosidad», aludiendo a su huella climática, otros siguen asombrados por la ingeniería integrada en semejante destino vacacional flotante y acuden en masa a comprar billetes.
Más parecido a un pueblo que a un buque, el gigantesco barco cuenta con coloridos parques acuáticos, más de 20 cubiertas y capacidad para casi 10.000 personas.
Una característica distintiva del nuevo buque, que entró en fase de construcción en 2021 y comenzó sus pruebas de navegación en junio, es una enorme cúpula de cristal que cubre parte de la sección delantera.
No cabe duda de que la pandemia asestó un duro golpe a todo el sector, suscitando dudas sobre su recuperación.
Sin embargo, las grandes compañías de cruceros están viendo regresar a sus clientes.
La Cruise Lines International Association ha estimado que el volumen de huéspedes superará los niveles anteriores a la pandemia, con unos 31,5 millones de pasajeros en 2023.
Fuente: Business Insider
